Santa Fe | El “Plan Abre” el camino a la delincuencia.
El Plan Abre surgió como una herramienta política gubernamental sin
marco jurídico parlamentario que habilitó bajo la figura de
programa social el uso indiscriminado de bienes públicos por parte
del poder ejecutivo para mejorar el entorno de los barrios o zonas
vulnerables sin masterplan de desarrollo o estudio previo ni
posterior para evaluar su impacto real en el tejido social.
La aplicación de
este plan en el territorio Santafesino empezó a hacer visibles en
2014 sus efectos negativos en la conformación multidimensional de
los barrios intervenidos, cuando las cifras de asesinatos llegaron a
niveles epidémicos multiplicándose en el resto del territorio el
consumo de drogas y la construcción de bunkers, los lugares
intervenidos mejoraron en cuento a infraestructura y equipamiento
urbano pero la legalización de la delincuencia supuso un
crecimiento de las tensiones sociales.
Uno de los puntos
mas destructivos y que pasan desapercibidos al no haber un estudio en
todos los campos previo o posterior, ni una ley aprobada por el
cuerpo legislativo que avale estas intervenciones fue que lo que
ofrece este programa del gobierno puede ser empleado por personas
fuera de la ley para hacerse de recursos, bienes y servicios del
estado con el fin de incrementar su poder territorial y patrimonial.
A primera vista,
regularizar a una persona e integrarla a la sociedad suena como un
hecho de justicia o de igualdad de derechos, pero cuando hilamos mas
fino, estas personas que han tomado propiedad publica o privada
mediante la fuerza en realidad están recibiendo un premio por esa
conducta antisocial que se paga con recursos del estado, sin hacer
seguimiento ni establecer reglas que eviten que estos “beneficiaros”
se empoderen por sobre el resto de la comunidad incrementando su
poder delictivo y otorgándole al mismo tiempo un poder para seguir
salteándose estas reglas que nos permite vivir en paz.
La falta de
legitimidad por parte del poder legislativo de este programa ha
permitido que el destino de esos recursos termine de manera directa o
indirecta en manos de la delincuencia organizada o consolide una
organización criminal que no hubiese podido hacerse de capital en
blanco por sobre el resto de la sociedad, dañando el tejido social
al romper el contrato constitucional que nos mantiene en orden y paz
que es el respeto de la ley y el castigo de quienes la infringen
según nuestra constitución .
Para citar un
ejemplo concreto, uno de los mas graves, es la regularización de
planes de viviendas o tomas de tierras que fueron usurpados al entregarle a quienes
cometieron un delito flagrante y comprobado contra un bien del estado
o contra un privado, una propiedad que se le ha quitado a otra
persona que legítimamente la merecía ya sea porque era beneficiario
o propietario amparándonos siempre en nuestro derecho constitucional
a la inviolabilidad de la propiedad privada, entiéndase como publica
o privada.
Estas personas no
solo se les permitió seguir ocupando la propiedad que robaron, sino
que al mismo tiempo se los pone en un pedestal de poder por sobre el
resto de la comunidad que les otorga inmunidad al estar vinculados con
el estado e inhibiendo la denuncia y convirtiendo a esas personas en
victimarios al romper los vínculos sociales y obligando a quienes si cumplieron
con la ley a irse por lo difícil y complejo que resulta construir un
sistema de relaciones en un entorno de desconfianza generalizada y
corrupción.
El estado tiene
herramientas para evitar que estas cosas sucedan, pero al levantar la
vara de lo que es legal o ilegal no solo les dio poder a quienes se
hacían con bienes públicos o privados citando la constitución para
realizar una acción que la propia constitución lo prohíbe
tajantemente, sino que para el resto también se levanto la vara y
las consecuencias están a la vista en un estado desbordado de
delincuencia, incipiente anarquismo y sin ningún poder de policía honesto que permita
tener el tejido social en orden.
Uno de los
instrumentos con los que cuenta el estado, está en la provisión de
servicios públicos ya sea por ser dueño o contralor de estos
servicios que solo se pueden prestar de manera legal y el estado esta
obligado a buscar fraude o hurto de estos bienes ya sea porque se les
otorgan beneficios o porque se permite que un abonado lo hurte o
pague un consumo “0” en su boleta ya sea de energía o de agua
sin investigar la posible existencia de delito penal que permitiría
retirarle el boleto de compraventa que se le da al beneficiario sobre
la propiedad publica o privada que el estado ha tomado a deuda
propia.
A esto se suma una
herramienta fundamental que es la paz y el orden mediante el uso de
la fuerza publica cuyos datos y reportes de denuncias no son enviados
a áreas encargadas de hacer seguimiento de los beneficiarios de los
planes sociales a lo que hay que agregar la orden ejecutiva de no
cumplir con la ley de convivencia y solo dar “recomendaciones”
por parte de los agentes del orden que se apersonan ante una denuncia
y que han asumido el papel de jueces, algo que la constitución prohíbe
porque su labor esta regulada por la ley y no puede interpretarla a
piacere, debido a que en lugar de proceder a labrar las actas que
permitan a los jueces decidir si requieren o no una sanción o reparación, se
convierte esa denuncia en una mera “advertencia” que no sale de
los registros provinciales de la cartera de seguridad hacia el poder
judicial que es quien constitucionalmente debe decidir la existencia
o no del delito o la contravención y no es potestad de la fuerza publica hacerse pasar por juez.
Hay muchos síntomas
y el ejecutivo actual y anteriores deben de ser llevados a la
justicia por sus actos en contra del estado de derecho y contra la
constitución porque la agresión a los móviles policiales
significaban la perdida del territorio y el vacío de poder de un
estado que por exceso de garantismo se olvidó que también es quien
mantiene el orden.
Mantener el orden es
parte principal del mandato constitucional al que un funcionario está
sujeto, y en ningún caso el estado puede desconocer la ley, sobre
todo porque está en el prologo de la constitución y no tiene nada
que ver con un sistema represivo dictatorial porque de ser así
significaría que la constitución ha dejado de estar vigente y eso
no es posible de lograr sin la complicidad del resto de los 3 poderes
en los que se divide el estado y el árbol de poder que establece la
constitución federal.
El territorio se ha
vuelto ingobernable porque el ejecutivo ha cortado lazos con los
otros poderes y se atribuye poderes que no tiene, para caer en
medidas populistas que van en contra del orden necesario para la
convivencia entre seres humanos y que fueron parcialmente suprimidas
para no “estigmatizar” al delincuente que las tilda de represivas
cuando lo que se hace es cumplir un mandato constitucional de mantener el orden y la paz.
El ejecutivo negará
las afirmaciones mantenidas en esta nota, porque seria reconocer un
error que les puede costar un juicio por mal desempeño de funciones
pero a los resultados me remito; desde 2014 se no ha dejado de crecer
la delincuencia, se ha profundizado y extendido en los barrios
intervenidos.
Dejo sujeto a cada uno de los lectores creer o no en estas palabras, pero si abrimos los ojos, veremos que hay una negligencia de quienes fueron elegidos para cuidarnos al tratar al victimario como victima desconociendo la estructura organizativa del estado y apoderándose de injerencias que son del poder legislativo y del poder judicial.
Desmantelar y restablecer la jerarquía de poderes nos llevará décadas, solo si se suspenden hasta tener el marco legal dictado por la legislatura y se remite a la justicia lo actuado.
Dejo sujeto a cada uno de los lectores creer o no en estas palabras, pero si abrimos los ojos, veremos que hay una negligencia de quienes fueron elegidos para cuidarnos al tratar al victimario como victima desconociendo la estructura organizativa del estado y apoderándose de injerencias que son del poder legislativo y del poder judicial.
Desmantelar y restablecer la jerarquía de poderes nos llevará décadas, solo si se suspenden hasta tener el marco legal dictado por la legislatura y se remite a la justicia lo actuado.
FUENTE: Santa Fe
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