España | La contaminación acústica de las ciudades es peor en los barrios pobres y minoritarios
Nuevas investigaciones muestran que la contaminación acústica en las
ciudades se concentra en las comunidades pobres y minoritarias. La
mayoría de países hacen poco para frenar la contaminación acústica
La mayoría de las personas están conscientes de que las ciudades son lugares muy ruidosos, pero poco reflexionan acerca de que hay partes que son mucho más ruidosas que otras. A nivel global, los vecindarios con mayores tasas de pobreza tienen niveles de ruido más altos que otros vecindarios. Además, en ciudades más segregadas, las condiciones de vida son más complicadas para todos, independientemente de la étnia.
Los investigadores se interesan hoy en día en conocer cómo las exposiciones ambientales cotidianas afectan a diferentes grupos de población. Un nuevo estudio de la Universidad de Berkeley sobre la contaminación acústica, señala que esta tiene un impacto directo en la salud pública de los habitantes de vecindarios y ciudades ruidosas.
Los científicos han documentado que los peligros ambientales, como la contaminación del aire y los sitios de desechos peligrosos, no están distribuidos uniformemente entre las diferentes poblaciones. A menudo, los grupos socialmente desfavorecidos, como las minorías étnicas, pobres, y aquellos con niveles más bajos de educación, experimentan los niveles más altos de exposición. Estas tensiones duales pueden representar un doble peligro para las poblaciones vulnerables.
La investigación concluye que al igual que la contaminación del aire, la exposición al ruido puede seguir un patrón social similar. Esta carga desigual puede, en parte, contribuir a las disparidades de salud observadas en diversos grupos en países en vías de desarrollo. Un creciente cuerpo de evidencia vincula el ruido de una variedad de fuentes, incluido el tráfico aéreo, ferroviario y vial, y la actividad industrial, con resultados de salud adversos.
Los estudios han encontrado que los niños que asisten a la escuela en áreas más ruidosas tienen más problemas de comportamiento y tienen peores resultados en los exámenes. Los adultos expuestos a niveles de ruido más altos informan niveles más altos de molestias y trastornos del sueño. Los científicos teorizan que, dado que la evolución programó al cuerpo humano para responder a los ruidos como amenazas, la exposición al ruido activa nuestra respuesta natural de huir o luchar.
Un buen parámetro para comenzar a cambiar fue establecido en 2009 por la Organización Mundial de la Salud. La OMS publicó un informe que detalla las pautas de ruido nocturno para Europa. Recomendaron reducir los niveles de ruido cuando sea posible y reducir el impacto del ruido cuando los niveles no se pueden moderar.
Por ejemplo, las directrices recomiendan ubicar las habitaciones en los lados más tranquilos de las casas, lejos del tráfico de la calle, y mantener los niveles de ruido nocturno por debajo de 40 decibelios para proteger la salud humana. La agencia alentó a todos los estados miembros a luchar por estos niveles a largo plazo, con un objetivo a corto plazo de 55 decibelios por la noche.
Fuente: Mundiario 01/11/2017
La mayoría de las personas están conscientes de que las ciudades son lugares muy ruidosos, pero poco reflexionan acerca de que hay partes que son mucho más ruidosas que otras. A nivel global, los vecindarios con mayores tasas de pobreza tienen niveles de ruido más altos que otros vecindarios. Además, en ciudades más segregadas, las condiciones de vida son más complicadas para todos, independientemente de la étnia.
Los investigadores se interesan hoy en día en conocer cómo las exposiciones ambientales cotidianas afectan a diferentes grupos de población. Un nuevo estudio de la Universidad de Berkeley sobre la contaminación acústica, señala que esta tiene un impacto directo en la salud pública de los habitantes de vecindarios y ciudades ruidosas.
Los científicos han documentado que los peligros ambientales, como la contaminación del aire y los sitios de desechos peligrosos, no están distribuidos uniformemente entre las diferentes poblaciones. A menudo, los grupos socialmente desfavorecidos, como las minorías étnicas, pobres, y aquellos con niveles más bajos de educación, experimentan los niveles más altos de exposición. Estas tensiones duales pueden representar un doble peligro para las poblaciones vulnerables.
La investigación concluye que al igual que la contaminación del aire, la exposición al ruido puede seguir un patrón social similar. Esta carga desigual puede, en parte, contribuir a las disparidades de salud observadas en diversos grupos en países en vías de desarrollo. Un creciente cuerpo de evidencia vincula el ruido de una variedad de fuentes, incluido el tráfico aéreo, ferroviario y vial, y la actividad industrial, con resultados de salud adversos.
Los estudios han encontrado que los niños que asisten a la escuela en áreas más ruidosas tienen más problemas de comportamiento y tienen peores resultados en los exámenes. Los adultos expuestos a niveles de ruido más altos informan niveles más altos de molestias y trastornos del sueño. Los científicos teorizan que, dado que la evolución programó al cuerpo humano para responder a los ruidos como amenazas, la exposición al ruido activa nuestra respuesta natural de huir o luchar.
Un buen parámetro para comenzar a cambiar fue establecido en 2009 por la Organización Mundial de la Salud. La OMS publicó un informe que detalla las pautas de ruido nocturno para Europa. Recomendaron reducir los niveles de ruido cuando sea posible y reducir el impacto del ruido cuando los niveles no se pueden moderar.
Por ejemplo, las directrices recomiendan ubicar las habitaciones en los lados más tranquilos de las casas, lejos del tráfico de la calle, y mantener los niveles de ruido nocturno por debajo de 40 decibelios para proteger la salud humana. La agencia alentó a todos los estados miembros a luchar por estos niveles a largo plazo, con un objetivo a corto plazo de 55 decibelios por la noche.
Fuente: Mundiario 01/11/2017
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