Montevideo - Uruguay | Largo conflicto enfrenta a alcalde con un vecino
Cuando
el docente Rodrigo Arcamone fue elegido alcalde del Municipio C, en
mayo de 2015, dijo que su gestión se iba a centrar en tres ejes, que
denominó: "Un municipio para disfrutar", "un gobierno de proximidad" y
"un municipio amigable con sus vecinos". Estos ejes se quebraron a raíz
de una disputa "de proximidad" que ha tenido bastante ocupados al
alcalde y a uno de sus vecinos en los últimos tiempos.
Un
residente de La Blanqueada y el propio Arcamone fueron convocados a una
instancia de mediación tras meses de conflictos por contenedores movidos
a puertas de casas ajenas, intentos de envenenar a los perros,
denuncias por difamación y ruidos molestos.
Hace un
año, Arcamone se mudó a la esquina de Mariano Moreno y Cádiz. Federico
Pérez (37), uno de lo vecinos que vive a dos casas de su domicilio,
contó que poco después de que se mudara, Arcamone desplazó un
contenedor, que estaba frente a su casa, y lo colocó frente a la puerta
de Pérez.
Este se
enojó por la situación y decidió volver a moverlo al lugar donde estaba.
Un día se encontraron y discutieron por el tema. Al final, ambos
hablaron en la Intendencia de Montevideo para que quitaran el contenedor
de esa cuadra.
Ladridos de noche.
El
contenedor fue solo el puntapié inicial de un largo conflicto. Al mes,
siempre según Pérez, Arcamone adquirió dos perros que solían permanecer
en la azotea de su casa. Luego de algunas noches con dificultad para
conciliar el sueño, Pérez fue a pedirle si podía guardar a los canes
porque generaban ruidos molestos a las dos de la madrugada. Según
Pérez, el alcalde "se burló" y "le faltó el respeto". Él, por su
parte, admitió que insultó al jerarca.
Según el
testimonio de Pérez, los ladridos eran insoportables. "No me dejaban
dormir. Tengo que usar tapones para los oídos", aclaró.
El 20 de
junio, el vecino hizo una denuncia por este problema a la Comisión de
Tenencia Responsable y Bienestar Animal (Cotryba). "Pasó un tiempo pero
no hubo consecuencias", indicó. Pérez abrió una página en Facebook,
titulada "Vecinos de La Blanqueada", en donde comenzó a dar detalles del
conflicto con el alcalde.
A raíz
de esa divulgación, Arcamone le inició una denuncia por difamación y
otra por intentar envenenar a sus mascotas con panchos contaminados.
La
disputa siguió. Pérez, taximetrista de profesión, recurrió a la
Defensoría del Vecino y a la Junta Departamental para denunciar el
problema con el perro del alcalde, un labrador que "seguía ladrando,
ladrando y ladrando", relató. El pasado lunes de noche, decidió tocarle
timbre y le rogó que hiciera algo para que su mascota dejara de ladrar.
Tras una discusión que no pasó a mayores, Pérez volvió a su casa y
arrojó tres bombas brasileras que detonaron en el jardín de Arcamone. A
los pocos minutos, apareció un móvil policial y ambos fueron trasladados
a la comisaría.
Al
final, un juez resolvió citarlos a una instancia de mediación, tal
como le había sugerido la Defensoría del Vecino, para la cual se
requiere de la voluntad de ambas partes.
El País
habló también con otros vecinos del alcalde para buscar testimonios
independientes. Pablo, que reside en la casa de atrás de Arcamone y
tiene mascotas, contó que a él también le lanzaron panchos contaminados.
Elba,
que vive entre la casa de Pérez y la del alcalde, dijo que nunca le
incomodaron los ladridos de los perros de los vecinos, aunque admitió
que tiene problemas auditivos.
Visión del alcalde.
El
alcalde Arcamone fue consultado por este tema y dijo que "es un tema de
vecindad" que "no tiene nada que ver" con su trabajo como jefe del
municipio.
Indicó
que lleva realizadas tres denuncias por amenazas y situaciones
similares, la última por las bombas de estruendo que explotaron en el
jardín de su casa.
"Voy a ir por la vía judicial por daños y perjuicios", agregó, y no quiso hacer más declaraciones.
fuente: El Pais de Uruguay 27/10/17
fuente: El Pais de Uruguay 27/10/17
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